Buñuelos de chocolate

Lo más probable es que tu postre favorito sea los Buñuelos de chocolate, o si no es así, pronto lo será.

Buñuelos de chocolate: una versión soberbia del tradicional dulce de Semana Santa 

Sin ser exclusivos de la época de Cuaresma y Semana Santa, son los típicos de estas fechas. Los hay de muchas sabores, pero los buñuelos de chocolate ocupan un lugar muy alto en los mísmos.

Son muy fáciles de preparar y llevan poquísimo tiempo, así que no hay excusa para no ponerse manos a la obra y disfrutar de este dulce tan exquisito. Recién hechos son inmejorables, para comerse la bandeja entera, pero reposados y en frío siguen estando increíbles.

No te frustres si los primeros buñuelos no te salen perfectos, lo importante es que estén bien fritos por dentro y que de sabor alcancen tus expectativas. El resto es una mera cuestión estética fácilmente perdonable, lo sabrás en cuanto los pruebes. 



Ingredientes

Agua, 125 g 

Mantequilla, 15 g

Azúcar, 30 g

Ralladura de naranja, un poco

Sal, una pizca

Harina de trigo, 55 g

Cacao en polvo, 10 g

Huevo, 2

¿Cómo se hace?

Para unas 15 unidades, empezaremos calentando agua, la mantequilla, el azúcar, la ralladura de naranja y una pizca de sal en un cacito. Cuando empiece a hervir, vertemos toda la harina y el cacao de golpe, que previamente habremos tamizado. Removemos con una cuchara de madera hasta que la masa se desprenda de las paredes del cazo.

Retiramos el cazo del fuego y esperamos unos minutos a que la masa pierda un poco de calor. Cuando la masa esté ligeramente atemperada añadimos los huevos, de uno en uno, y removemos enérgicamente. Hasta que el primero no se haya integrado en la masa, no incorporamos el segundo.

Obtendremos una crema fina, homogénea y densa que hay que dejar reposar durante una hora, aproximadamente, para que coja cuerpo antes de proceder con la receta. Cuanto más densa esté, más fácil resultará freír los buñuelos y con mejor forma quedarán.

Pasado el reposo, calentamos abundante aceite en un cacito o en una sartén y freímos los buñuelos. Para ello depositamos cucharaditas de masa en el aceite, procurando que caiga de golpe en el mismo sitio para que queden bien redonditos. Es recomendable no freír muchos a la vez para que no baje la temperatura del aceite.

Volteamos los buñuelos para que se doren y queden bien cocidos por dentro. Una vez listos los retiramos y depositamos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Los espolvoreamos con azúcar glas en el momento en que los sirvamos y listos para disfrutar.

Con qué acompañar

Hay algo irresistible en estos buñuelos de chocolate y que te lleva a comer uno tras otro sin mesura. Son suaves y nos van a provocar comer la bandeja entera de golpe. Por eso, mejor compartirlos con amigos y familiares de postre para una comida o sirviéndolos a la hora de la merienda. 

Comentarios

Entradas populares